Pitch Perfect 3 (2017)



Amo los buffets no solo porque disfruto la comida sino también porque me gusta la variedad, ver qué es lo que hay y elegir qué es lo que quiero. Ahora bien, lo que me da un poco de impresión es cuando veo a personas que se sirven todo de todo. Y cuando digo TODO es una base de ensalada (se empieza liviano), al costado sushi y comida china, un poco de pasta también, pizza al otro costado, rebosando del plato, “Queso! Que rico!”, también arriba, de paso unas papas fritas bañadas en kétchup, unos nachos, una milanesa y un pedazo de vacío para terminar. Todo en un mismo plato. Y creo que algo así fue Pitch Perfect 3. Era una comedia, pero que empezaba con una secuencia de acción a lo Misión Imposible, combinado con Bay Watch, con una sub trama de padre-hija que así como apareció, desapareció, un par de chistes ultra repetidos, perdón “aca-scuse me”? y unos números musicales filmados como las escenas de batallas épicas de Transformers. Empecé a ver el domingo, un poco ebria y tuve que parar porque me sentía mareada. Pensé que era por el alcohol, pero al día siguiente, ya con tereré me pasó lo mismo. Es que en cada escena hay sí o sí una toma dron, una toma grúa, un movimiento circular 360, una cámara lenta, una cámara rápida y para terminar un efecto Hitchcock, porque si nomás. Siendo fan de Pitch Perfect 1, semi fan de Pitch Perfect 2, admito que esperaba con ansias la tercera parte y salí absolutamente empachada y con ganas de comer liviano por bastante tiempo.

Una escena: Ninguna, ni siquiera Fat Amy salva. 
Una recomendación: Pitch Perfect 1 basta y sobra.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Leisure Seeker (2017): Viajando sobre recuerdos con nostalgia y humor

Memoir of a Murderer (2017): Construyendo suspenso sobre una premisa atípica

Las Herederas (2018): Cine que atraviesa el cuerpo