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Mostrando entradas de abril, 2018

Disobedience (2018): el amor prohibido y la libertad de elegir

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Tras la muerte de su padre, un rabino ortodoxo, Ronit vuelve a Londres a la comunidad judía en la cual creció y de la cual huyó. Su llegada es inesperada e incómoda para todos, en especial para Dovid, el aprendiz del rabino, y su esposa Esti, con quien Ronit tuvo una relación amorosa en el pasado. El carácter libre y desafiante de Ronit se contrapone a las costumbres tradicionales de la comunidad, y la tensión latente entre ambas se va desenvolviendo con cada mirada. Sin ahondar en detalles de la trama, Disobedience juega con una angustia visible en los rostros de los personajes, como si el director Sebastián Lelio estuviera dilatando lo inevitable, y el resultado es un viaje emocional y cinematográfico muy placentero. La manera de narrar, con planos claustrofóbicos que encierran a los personajes, y el enfoque en las actuaciones de un excelente reparto, proponen un mirada muy íntima a un romance secreto y sufrido. Hay cosas que nos vamos enterando a medida

Duck Butter (2018): Un torbellino emocional de 24 horas

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Luego de conocerse en un bar, Naima y Sergio deciden pasar 24 horas juntas, teniendo sexo a cada hora. Ambas decepcionadas y un poco frustradas con sus respectivas vidas amorosas, se embarcan en este experimento esperando llegar a conocerse de una manera distinta mucho más intensa y profunda sin perder el tiempo. La nueva película de Miguel Arteta, escrita por él y Alia Shawkat, una de las protagonistas, se sostiene en su totalidad en las actuaciones de ambas protagonistas, y en la química que tienen entre ellas. Es impresionante ver el desgaste emocional y físico por el cual ambas mujeres pasan; es que la película fue rodada en tan solo 10 días y la secuencia de las 24 horas en tiempo real. Según Alia, muchas líneas de diálogos fueron improvisadas y la entrada de los personajes secundarios en escena estaban perfectamente calculados con la hora real que estaban viviendo los personajes. Dejando del lado el aspecto técnico y actoral, la película plantea lo difícil q

Kollektivet (2017): La intimidad compartida en la vida comunitaria

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Tras la muerte su padre, Erik y su esposa Anna deben decidir qué hacer con la casa donde él creció, una casa enorme y costosa de mantener. Erik prefiere venderla, pero ante la sugerencia de Anna y en búsqueda quizás de una aventura para paliar la crisis de aburrimiento monótono por la que están pasando, resuelven experimentar una vida comunitaria con un grupo peculiar de extraños. Ambientada en Dinamarca en los años ’70, Kollektivet o The Commune en inglés plantea en sus inicios un análisis sobre la vida en comunidad y los posibles desafíos de una vida compartida. Pero al cabo de unos minutos, cuando Erik besa a una de sus alumnas, la película da un giro inesperado y aleatorio al enfocarse exclusivamente en el matrimonio de Erik y Anna, dejando de lado la comunidad. Con excepción de su hija Freja, ninguno de los demás personajes tienen una línea argumental desarrolla. Están en la casa, aparecen cada tanto. Tampoco influyen en el desenvolvimiento de la trama m

You Were Never Really Here (2018): Una búsqueda brutal y exasperante

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Joe, un veterano y ex agente traumatizado por los horrores que vivió, se dedica a buscar chicas desaparecidas en el sub mundo de la trata de mujeres y niñas. Un trabajo toma un giro inesperado, lo cual conduce a Joe en una búsqueda por su supervivencia o quizás la redención.   La directora Lynne Ramsay hace de estos 90 minutos una experiencia insoportable cargada de tensión y de incertidumbre; es que te atrapa con una fuerza exasperante desde el primer plano de Joe asfixiándose con una bolsa. Muchas cosas se sugieren y no se muestran, y para mí al menos, es aún más intenso tener que lidiar con tu imaginación a que las obviedades escupidas en la cara. Con una magistral manera de mostrar violencia brutal sin mostrar ningún golpe del martillo, la directora está más enfocada en adentrarse a la psicología de Joe, un personaje que puede estar cantando con su madre en un momento y buscando refugio en intentos de suicido en otro. Las imágenes más impactantes y pertur

Love, Simon (2018): Reconfortante y encantadora en su ingenuidad

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Simon es un chico como cualquier otro, sólo que tiene un secreto: es gay y aún no se lo ha contado a nadie, ni a sus padres ni a sus amigos. Cuando otro chico de su colegio sale del clóset online bajo el seudónimo de “Blue”, Simon contacta con él (anónimamente también) y entablan una relación virtual. Hasta que Martin, otro chico del colegio, hace captura de los mails y utiliza eso para chantajear a Simon. Imagínense si los adolescentes heterosexuales debían contar a sus padres sobre su heterosexualidad. En una secuencia cómica, Love, Simon ridiculiza el cuestionamiento que tiene Simon sobre aquel momento tan horrible en la vida de un adolescente LGBTQ. Con esto no pretender ser una película trasgresora, sino plantea la simple pregunta de por qué no existen películas de amor adolescente entre dos chicos. Si bien es cierto que en los últimos años salieron películas de temática LGBTQ alabadas por la crítica como Call me by your name o Moonlight, no puedo deja