Kollektivet (2017): La intimidad compartida en la vida comunitaria




Tras la muerte su padre, Erik y su esposa Anna deben decidir qué hacer con la casa donde él creció, una casa enorme y costosa de mantener. Erik prefiere venderla, pero ante la sugerencia de Anna y en búsqueda quizás de una aventura para paliar la crisis de aburrimiento monótono por la que están pasando, resuelven experimentar una vida comunitaria con un grupo peculiar de extraños.
Ambientada en Dinamarca en los años ’70, Kollektivet o The Commune en inglés plantea en sus inicios un análisis sobre la vida en comunidad y los posibles desafíos de una vida compartida. Pero al cabo de unos minutos, cuando Erik besa a una de sus alumnas, la película da un giro inesperado y aleatorio al enfocarse exclusivamente en el matrimonio de Erik y Anna, dejando de lado la comunidad. Con excepción de su hija Freja, ninguno de los demás personajes tienen una línea argumental desarrolla. Están en la casa, aparecen cada tanto. Tampoco influyen en el desenvolvimiento de la trama más que mero espectadores al quiebre de Anna. Ciertos momentos son memorables, sostenidos en la excelente actuación de Trine Dyrholm, y en la incomodidad de las cenas compartidas donde Anna se enfrenta a los dilemas de una vida pública donde hasta los sentimientos dejan de ser íntimos.

Una escena: Cuando se bañan desnudos todos juntos
Una recomendación: La filmografía de Thomas Vinterberg en su totalidad (por encima de esta) pero una no tan vista y muy recomendad es Submarino (2010).

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