El Ángel (2018): Seduciendo con violencia y erotismo
Situada en Argentina en los años 70, El Ángel narra
la historia de Carlitos Robledo Puch, un criminal y sociópata de particular
belleza andrógina que con tan solo 20 años fue condenado a cadena perpetua por
una larga lista de crímenes que le otorgaron el apodo de El Ángel de la Muerte.
Durante los años 70, cuando los estudios de
criminología establecían un enlace de correspondencia entre la apariencia
física degenerada de un criminal y su personalidad desequilibrada, la sola
presencia de Carlitos, con sus bucles dorados y labios carnosos, seducía y
enamoraba con la misma facilidad que él apretaba gatillo del arma.
Carlitos forma una pequeña banda de ladrones junto
con su compañero de colegio Ramón y su familia, gracias a los cuales consigue
acceso a armas de fuego y ejecutan atracos más complejos y arriesgados. La dupla
Carlitos y Ramón cargada de erotismo y violencia seduce entre joyas y
asesinatos a sangre fría, donde el antihéroe protagonista cautiva sin esfuerzo
por encima de su personalidad narcisista y su moralidad construida en base a
códigos propios.
Con movimientos sensuales de cadera al ritmo de una
acertada banda sonora, Carlitos se cuestiona al inicio el valor otorgado a la
libertad, y juzga de locos a aquellos que no buscan vivir bajo sus propios
impulsos. Luis Ortega no pretende contestar esta pregunta ni comprender los
sucesos que quizás hayan alterado la vida de un chico nacido en el seno de una
familia honesta y bastante típica, pero con una destreza visual poética narra
los acontecimientos que desembocaron en los múltiples homicidios por el cual
fue después condenado el Ángel.
Una escena: Cuando Carlitos coloca las joyas
robadas sobre Ramón
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