Sicario: Day of the Soldado(2018): Más violencia, menos sentido
Cuando los carteles comienzan a traficar
terroristas a través de la frontera con Estados Unidos, el agente federal Matt
Graver reúne un equipo en conjunto con Alejandro, un hombre de dudoso pasado,
para secuestrar a la hija de uno de los líderes del narcotráfico esperando
generar así una guerra autodestructiva entre los carteles mismos.
A diferencia de Sicario (2015), cuyo conflicto se
centraba en los horrores que vivía la agente federal Kate y la postura de la
misma agencia para combatir la guerra del narcotráfico en la frontera, Sicario:
Day of the Soldado gira menos en torno a los personajes para centrarse más en
la acción y en los enfrentamientos armados entre los bandos. La dirección de
Denis Villeneuve en colaboración con el talentoso ojo de Roger Deakins en la
fotografía y el personaje protagónico de Emily Blunt fueron pilares claves en
la anterior entrega y cuya ausencia no pasa desapercibida en esta película que
se limita a mostrar un mundo de machos alfas que actúan sin una pizca de
moralidad y tal como lo anuncia Graver, “sin reglas esta vez”.
Sicario: Day of the Soldado parece justificar con
extrañeza la violencia extrema como única posible solución al conflicto
migratorio latente en la frontera con México, sin importar el precio. Utiliza
elementos como una explosión en un supermercado, el ISIS y México siendo
aliados para argumentar ataques aéreos con drones y matanzas a plena luz del
día.
Además de ofrecer una mirada cínica hacia
problemáticas bien actuales, la historia es tan monótona como la banda sonora,
dejando nada a la sorpresa con una trama que pierde sentido alguno.
La peor escena: La última
Una recomendación: Sicario (2015) y Hell or High
Water (2016) ambas escritas por Taylor Sheridan
#unapeliculaunaescena
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