Han Solo: A Star Wars Story (2018): o cómo estropear un ícono con una rebuscada historia
Tras separarse de su amada Qi’ra mientras huía de
unos sicarios, Han abandona su mundo natal e inicia una interminable travesía a
través del submundo criminal en esperas a obtener el dinero suficiente para
comprarse una nave y rescatarla de Corellia.
Promocionada como la leyenda que sacaba a luz el
origen misterioso del emblemático personaje Han Solo, la película no es más que
una rebuscada historia construida a partir de cada palabra que alguna vez pronunció
Han Solo durante la trilogía original, como convirtiendo una letra en innecesarios
minutos de película que desmantela la magia audaz y heroica del Solo que
conocemos de A New Hope.
La trama, extensa en giros desveladores sobre otros
giros desveladores, arruina los momentos entretenidos con una sobrecarga de
diálogos explicativos cual libro de ciencia intentando dar una lección sobre el
coaxium, un combustible de alto valor
monetario codiciado en toda la galaxia. De hecho, es asombroso la cantidad de
nombres de lugares y personajes que son mencionados al azar con el único fin de
seducir al fiel espectador pero que entorpecen aún más los excesivos parlamentos
con una forzosa pausa posterior por si quieras darte la vuelta y comentarlo con
tu vecino.
Una característica que ensalza mi fanatismo hacia
la primera trilogía es la incorporación de ciertos elementos típicos del
western a una saga de ciencia ficción, como los caza recompensas, los
vestuarios y las pistoleras, los turbios bares donde ocurren las transacciones,
los duelos entre enemigos y el mismo Han Solo, quien persigue sus fines al
margen de la ley. Todo esto fue desaprovechado por Ron Howard.
Y sobre Han Solo, no hay mucho que decir. Si en A
New Hope era un piloto forajido y engreído que luego ayuda a salvar la galaxia,
en Han Solo: A Star Wars Story, él no es más que un personaje unidimensional, presuntuoso
y plano, carente de cualquier arco narrativo o dramático, y eso lo hace tan
insufrible como la permanente banda sonora abusada sin criterio. Es una pena
que el único personaje que despierta un mínimo de interés (Enfys Nest, líder de
una banda de piratas planetarios) tenga apenas quince minutos en escena. Me
quedo con el Han Solo de Harrison Ford, no necesito conocer sus orígenes.
La peor escena: La tediosa escena donde los buenos
y los malos se enfrentan en palabras exponiendo sus planes.
Una recomendación: Si hablamos de historias
complementarias a la saga, me quedo con Rogue One (2016)
#unapeliculaunaescena
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