Cargo (2018): La familia en tiempos de zombies
Algún tiempo después de una epidemia fulminante que
liquidó la población de Australia, una familia navega los ríos con extrema
precaución de modo a evitar el riesgo de aventurarse sobre tierra firme. Tras un
accidente que deja a Andy solo con su hija bebé, él buscará con desesperación
un hogar seguro para ella que pueda ofrecer protección de los infectados.
Delimitar la trama en la lucha de un padre
desesperado es un acierto narrativo que recorre el viaje emocional del
protagonista y explora el género desde otro punto de vista. La angustia de Andy
crece por minuto, tal como el llanto constante de la hija que pone en peligro
cada paso del viaje físico y emocional que vivimos.
Los muertos vivientes se limitan a formar parte de
contexto y del paisaje. De hecho, los grandes sustos no vienen dado por la
típica aparición repentina de los zombies, sino aquellos personajes que suponen
mayor peligro para Andy son los sobrevivientes seres humanos que aparecen por
el camino.
El uso de paisajes desolados y tomas aéreas
desérticas contrapuestas al rostro del genial Martin Freeman caracterizan a la
puesta en escena de Cargo; el largo viaje que debe hacer y el poco tiempo para hacerlo es lo que genera la constante tensión.
La película además habla sobre la familia dentro de una batalla interna entre la esperanza y el pesimismo en un contexto
donde todo está perdido, y la degradación humana frente a estos problemas que
asume facetas abusivas, posesivas, discriminatorias, y suicidas. No te dejes engañar por la imagen descriptiva que está usando Netflix, la película emociona más que dar miedo y asco.
Una escena: Cuando Kay va al velero abandonado
Una recomendación: La película fue basada en un
cortometraje del mismo nombre, a verla post película y no antes para evitar
spoilers:
#unapeliculaunaescena
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