Tully (2018): La maternidad tras ojos honestos y sin pudor




Cuando nace su tercer hijo, Marlo, exhausta y excedida por los quehaceres del hogar, decide aceptar el particular regalo obsequiado por su hermano, una niñera nocturna llamada Tully, cuya energía y personalidad despreocupada termina cautivando a la madre.
La desesperación de Marlo, construida con ingenio tras una secuencia repetitiva de sonidos e imágenes, toma un respiro cuando la niñera aparece en el medio de la noche, y el cambio que produce ella en Marlo a medida que la relación se va construyendo retrata con honestidad la diferencia generacional reflejada en las ambiciones y deseos que mutan con el paso del tiempo.
Con humor sarcástico y crudo, Tully, escrita por Diablo Cody y dirigida por Jason Reitman (conocidos por su colaboración en la película Juno) ofrece una mirada realista de la ajetreada maternidad, en contraposición al  padre sumergido en trabajo quien llegada la noche cae en un sueño despreocupado tan profundo que ni escucha los llantos del bebe. Cínica e inteligente, la historia es un retrato melancólico sobre la alegría de ser madre, irónicamente tras los ojos desanimados de Marlo, quien como por inercia sobrevive cada día rutinario. 
Sin dar detalles sobre el final, creo que la resolución del conflicto toma una vía de escape fácil y rápida, lo que cuestiona (para mí) el propósito del viaje emocional de nuestra protagonista, a la vez que pone en cuestionamiento ciertos momentos y miradas que terminan quedando desconectados.

Una escena: La genial secuencia que desemboca en la llamada a la niñera
Una recomendación: L'enfant d'en haut (2012) de Ursula Meier

#unapeliculaunaescena

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